Las características de la
eremofobia se dividen ya que cuando el temor a la soledad es patológico
hablamos de la fobia como tal. Por lo tanto, esta fobia es un trastorno de
ansiedad, específicamente el cual se engloba dentro de lo que se conoce como
fobias específicas y esta es una alteración psicológica parecidas a las fobias
de las arañas, la fobias a las alturas o la fobia a la sangre lo único que
diferencia la eremofobia de, por ejemplo, la fobia a las arañas, es el estímulo
temido.
Como vemos, en la eremofobia el
estímulo temido no es un objeto o un elemento específico (como las arañas) sino
que es una situación determinada.
Se han propuesto tres modelos, no
excluyentes, en que la eremofobia puede ser adquirida. Estos son, el
condicionamiento clásico, el aprendizaje vicario y la transmisión de
información.
Se sustenta que la
retroalimentación de estos tres factores, es decir, la vivencia de experiencias
traumáticas o desagradables al estar solo, visualizar imágenes negativas sobre
otras personas que están solas y adquirir información adversa acerca de la
soledad, motiva la aparición de la eremofobia. Para finalizar, el miedo a estar
solo nos puede conllevar a esta fobia aunque sea un sentimiento natural en la mayoría de los
seres humanos, mayormente todos los hemos experimentado en algún momento de
nuestras vidas.
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